miércoles, 14 de marzo de 2007

Jesús es verbo, no sustantivo

Aquí les dejo una canción polémica, no con la intención de crear una discusión sino para que la analicemos muy interiormente, sobre todo en estos días de cuaresma. Al fin y al cabo Jesús sabe quienes somos, como pensamos y como sentimos.

JESUS ES VERBO, NO SUSTANTIVO (Ricardo Arjona)

Ayer, Jesús afinó mi guitarra y agudizó mis sentidos, me inspiró.
Papel y lápiz en mano apunto la canción y me negué a escribir,
porque hablar y escribir sobre Jesús es redundar, sería mejor hablar.
Luego, algo me dijo que la única forma de no redundar es decir la verdad,
decir que a Jesús le gusta que actuemos, no que hablemos,
decir que Jesús es más que cinco letras formando un nombre;
Decir que Jesús es Verbo, no Sustantivo.
Jesús es más que una simple y llana teoría,

¿qué haces, hermano, leyendo la Biblia todo el día?
Lo que ahí está escrito se resume en amor, vamos, ven, practícalo,
que Jesús, hermano mío, es verbo, no sustantivo.
Jesús es más que un templo de lujo con tendencia barroca,

él sabe que total a la larga esto no es más que roca.
La iglesia se lleva en el alma y en los actos,
no se te olvide que Jesús, hermano mío, es verbo, no sustantivo.
Jesús es más que un grupo de señoras

de muy negra conciencia que pretenden ganarse el cielo
con club de beneficencia.
Si quieres tú ser miembro activo tendrás que presentar a la directiva,
tu cuenta de ahorros en Suiza y vínculos oficiales.
Jesús es más que persignarse, hincarse y hacer de esto alarde,

él sabe que quizá por dentro la conciencia les arde.
Jesús es más que una flor en el altar salvadora de pecados, Jesús, hermano mío, es verbo, no sustantivo.
Jesús convertirá en hechos todos sus sermones,

"que si tomas café es pecado" dicen los mormones.
Tienen tan poco que hacer que andan inventando cada cosa,
Jesús, hermano mío, es verbo, no sustantivo.
Jesús no entiende por qué en el culto lo aplauden,

hablan de él sabiendo que el diezmo es un fraude.
A Jesús le da asco el pastor que se hace rico con la fe,
Jesús, hermano mío, es verbo, no sustantivo.
En mi barrio la más religiosa era doña Carlota,

hablaba del amor al prójimo y me ponchó cien pelotas.
Desde chico fui aprendiendo que la religión no es más que un método con el título "prohibido pensar, que ya todo está escrito".
Me bautizaron cuando tenía dos meses,

y a mí no me avisaron, hubo fiesta, piñatas, y a mí ni me preguntaron.
Bautízame tú, Jesús, por favor y así, entre amigos.
Sé que odias el protocolo, hermano mío.
Señores, no dividan la fe, las fronteras son para los países,

en este mundo hay más religiones que niños felices.
Jesús dijo: "Me haré invisible para que todos mis hermanos dejen tanto de hablar sobre mí y se tiendan la mano".
Jesús es el mejor testigo del amor que le profeso,

tengo la conciencia tranquila, por eso no me confieso.
Rezando dos padrenuestros el asesino no revive a su muerto,
Jesús, hermano mío, es verbo, no sustantivo.
Jesús, no bajes a la tierra,

quédate allá arriba, todos los que han pensado como tú ya están boca arriba,
olvidados en algún cementerio, equipaje sus ideales,
murieron con la sonrisa en los labios porque fueron verbo y no... sustantivo




1 comentario:

mallinista dijo...

Esta canción dice algunas verdades, pero también comete algunos errores al presentar a un Cristo que detestaría todo protocolo y religiosidad.

Es verdad que quienes practican sus religiones cometen errores y aberraciones en nombre de Dios. Pero también es cierto que hemos sido creados para vivir en comunidad y, como tal, necesitamos de una Iglesia que nos aglutine y nos guíe.

Por estos tiempos, en donde todo tiende a ser light, en donde todos tendemos a huir a los compromisos (Arjona los promueve en las letras de muchas de sus canciones) es más que entendible que una Iglesia nos puede resultar molesta porque nos implica ciertos renunciamientos a propios egocentrismos.

Entonces, Cristo también se vuelve molesto para un tipo como Arjona. Mejor decirle que se quede "allá en el Cielo", que se desentienda de este mundo y sus crueldades ¿? y así deja de molestarnos cuestionándonos a cada uno de nosotros (inclusive a Arjona).